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04.03.2012
La República Checa este año celebra su vigésimo aniversario desde que sus primeros monumetos fueron inscritos en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Ven y descubre las 12 verdaderas “joyas mundiales“.
No es por nada que se dice de Praga que es una de las ciudades más bellas del mundo que tiene una magia extraordinaria. Y cómo no, si está vinculada a una multitud de mitos, leyendas e historias que se cuentan durante siglos. Se encuentran aquí excepcionales monumentos de todos los estilos arquitectónicos, vale la pena visitar la Sinagoga Nuevo-Vieja, Monasterio de Santa Ana y el Castillo de Praga incluyendo la Catedral de San Vito. En la temporada de verano te encantarán los jardines del Castillo de Praga libremente accesibles. No te olvides de entrar en alguna cervecería praguense tradicional y mojar la garganta con una jarra de la estupenda cerveza checa.
La Villa Tugendhat, perla de la arquitectura funcionalista mundial, ha vuelto a ser este febrero después de una extensa reconstrucción uno de los principales fines turísticos de la ciudad. Aparte de las estancias principales se puede ver también la planta técnica completamente única que incluye una sala de máquinas de aparatos aerotécnicos, “una habitación antipolillas“ para los abrigos de piel y las estancias del servicio. Se rehabilitó por completo también el jardín desde donde hay unas interesantes vistas a la ciudad la cual te ofrece muchas más atracciones turísticas.
Ante todo a los que les gusta el turismo esclesiático les recomendamos visitar Olomouc donde es posible ver la Columna de la Santísima Trinidad. Se trata de una obra singular en el contexto de la creación barroca escultural y arquitectónica. Es única en cuanto a la altura, decoración y también a la combinación de los materiales. Una parte de la decoración escultural es de piedra y otra parte de cobre dorado. Dentro de la columna se esconde una pequeña capilla. Confía que cuando estés delante de este monumento y veas con tus propios ojos su monumentalidad, te cortará la respiración.
En esta ciudad más pequeña que grande en el sur de Bohemia te vas a sentir como en un cuento de hadas. Un extenso comlejo de palacios y una excepcional construcción medieval te facilita perderte por las callejuelas con unos románticos recobecos donde se encuentran muchas galerías y tabernas. En el parque del palacio verás una singularidad –un patio de butacas giratorio. A lo mejor te dejarás seducir a pasear en balsa por el río Vltava. Éste serpentea debajo de la fortificación de la ciudad y desde su superficie ganarás una nueva perspectiva a la ciudad.
Él que tenga afecto al pueblo, al visitar la República Checa no debe pasar por alto el pueblo Holašovice que se encuentra en un pintoresco paisaje de Bohemia del Sur a 18 kilómetros de České Budějovice. En una espaciosa plaza del pueblo cuadricular verás 23 fincas de la Edad Media patrimonialmente protegidas que contienen 120 casas las cuales están unidadas por unas paredes con portillos y entradas abovedadas. Presentan el monumento más importante de tal llamado “barroco rústico“. Entre los días 20 y 22 de julio, se celebrarán aquí las fiestas rústicas las cuales te llevarán unos siglos atrás gracias a su ambiente.
Una ciudad llamada Atenas de Hanácko te ofrece una cantidad de cosas interesantes en un territorio pequeño. A lo más atractivo pertenece el Palacio Arcobispal con un jardín llamado Jardín de las Flores. Una excepcional belleza de combinaciones de flores de colores te convence de que la jardinería no es simplemente un bonito oficio, sino puede ser también un prestigioso arte. Del 3 al 6 de mayo se celebran en el palacio los Días Estamentales tradicionales. Las visitas de las salas históricas las animan los bomberos, guardabosques, y soldados contando historias sobre el palacio de Kroměříž de las cuales ¡nunca te enterarías en otro sitio!
Gracias a la explotación de la plata y acuñación de monedas fue la ciudad desde los viejos tiempos denominada la caja del tesoro plateada del reino checo. Sobre la ciudad domina el templo consagrado a Santa Bárbara, la patrona de los mineros. Su construcción duró más de 500 años. Si visitas el Museo checo de la Plata, aprenderás muchas cosas interesantes e incluso te podrás encarnar en el fantasma de Permoník, el duende minero.
El área del recinto estuvo durante siglos relacionado con el linaje de Liechtenstein que invirtió abundantemente en este paisaje cultural. En los palacios de Valtice y Lednice puedes ver sus ostentosos interiores y pasear por sus extensos parques. Seguramente te encante una romántica excursión en bicicleta a los puntos menos destacados, como son por ejemplo el Templo de las Tres Gracias, el Castillo de Juan o el Obelisco. Valtice esconde en sus sótanos hasta en hoy día un tesoro –La sala de vinos, los mejores vinos de la República Checa. En Lednice tiene lugar un concurso internacional de vinos de hielo y vinos de paja.
El punto dominante de la ciudad es el palacio renacentista con más de ocho cientos esgrafiados. Después de ver esta joya, probablemente te apetezca pasear por las callejuelas que terminan en los Jardines del monasterio. Allí puedes descansar y recordar al paisano lugareño Bedřicha Smetana en honor al cual se celebra aquí todos los años un festival de música internacional.
Seguramente te enamores de esta ciudad ya durante la visita de su centro. Las casas municipales iban creciendo aquí siguiendo el mismo esquema, así que sus bóvedas y fachadas forman una figura unánime. La visita del palacio renacentista con su jardín también te proporcionará una experiencia inolvidable. Telč se encuentra en una punta al suroeste de Moravia, a mitad de camino entre Praga y Viena y obligatoriamente no debería escaparse de tu atención al visitar la República Checa.
En Třebíč se conservó un singular antiguo ghetto judío que anteriormente pertenecía a los importantes centros de la cultura judía en Moravia. La mejor forma de conocer el ambiente de la ciudad es perderse por sus oblicuas calles y misteriosos pasajes y recobecos. Otro monumento muy valioso es la Basilica de San Procopio de tres naves que es una muestra única del estilo románico y gótico.
A las verdaderas joyas de la ciudad y del país entero pertenece la Iglesia de San Juan Nepomuceno en la Montaña Verde, cuyo autor es uno de los arquitectos más significativos del barroco checo Jan Blažej Santini-Aichel. Este monumento se aprecia bien sobre todo desde una altura superior. Las paredes del templo forman una estrella de diez puntas, mientras la iglesia por sí sola tiene forma de una estrella de cinco puntas. Otros elementos históricos, incluidas también las construcciones modernas de la arquitectura contemporánea, se pueden admirar siguiendo una ruta ciclista por el precioso paisaje de una serranía llamada Českomoravská vysočina.
fuente: CzechTourism - iNFO bulletin
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